martes, 19 de mayo de 2015

Feliz Día Maestros

 

 Dios envió a los maestros para pintar, en el lienzo de nuestros corazones, las lecciones que necesitamos aprender en esta vida. Y yo le agradezco cada día por haberme dado un profesor tan dedicado como usted. ¡Qué tenga un Muy Feliz Día, Queridísimo Profesor!
Dios entendió nuestra sed de conocimiento, nuestra necesidad de ser dirigidos por alguien más sabio, alguien que pudiera ver nuestro potencial y sacar lo mejor de cada uno de nosotros... y por eso es que Dios creo a maestros tan buenos y dedicados como usted. ¡Feliz Día, Maestro Querido!

¡Feliz Día, Queridos Maestros! Muchas gracias por su orientación, inspiración, preocupación, paciencia, presencia y tenacidad. Ustedes han tocado nuestras vidas y enriquecido nuestros años juveniles. ¡Qué la alegría esté con ustedes cada hora, cada minuto, cada segundo y no sólo en este día!

Maestro, usted es para mí alguien especial porque estuvo a mi lado, asegurándose de que hubiera entendido las lecciones. Sus enseñanzas abrieron un mundo nuevo para mí y, por más que lo intente, es probable que nunca encuentre las palabras correctas para decirle lo mucho que alteró mi vida, en el mejor sentido de la palabra. ¡¡¡GRACIAS!!!

Usted, querido profesor, nos enseño que un buen maestro no es quién nos da las respuestas correctas, sino aquel que nos señala el camino y nos permite tomar nuestras propias decisiones y cometer nuestros propios errores, de tal forma que aprendemos a valorar nuestros triunfos y fortalecemos nuestro carácter. ¡Qué tenga un Muy Feliz Día del Maestro!

Autora: Katherinne K. Gómez Alvarado.

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