lunes, 19 de agosto de 2013

Como si no fuera lo suficientemente grave el grado de polarización en que se encontraba el país por cuenta del cambiazo del libreto que hizo el señor Santos tan pronto como se aseguró la Casa de Nariño, como para que ahora con un discurso de campaña reeleccionista provocador, grosero y excluyente, se haya puesto a echarle más leña al fuego.

Fuego que aviva consciente y peligrosamente como estrategia para ubicar a sus opositores en extremos contrarios de derecha e izquierda, esas "manos negras" de las que tanto habla, para poder ubicarse él en el benéfico centro. 

Para poderse mostrar como mediador, como único y verdadero representante de centro. Él como punto de equilibrio. Muy peligroso porque esa polarización ya pasó al escenario civil y su desdichado discurso, ese de los "enemigos de la paz", de los "amantes de la guerra", etc., nos convirtió en "paracos" o guerrilleros, como si los ciudadanos fuéramos todos delincuentes. 

Sí, es muy lamentable que a falta de logros dónde apuntalar su campaña reeleccionista, haya recurrido a esta azarosa maniobra, puesto que ni siquiera el proceso de paz que se inventó para pasar a la historia como ganador de un premio Nobel de Paz, y que utiliza con fines políticos, le ha funcionado conforme a lo presupuestado (70 % de los colombianos no quiere su reelección).



DELIA MARIA RIVAS ORTIZ9B

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