El acoso
escolar es una problemática que se ha agudizado en las instituciones académicas
del país, por eso es importante que los docentes y familiares estén pendientes
de los menores y controlen a tiempo la situación.
El
matoneo o bullying consiste en el acoso o persecución física y
psicológica de un menor por parte de sus compañeros.
Esta situación no es nueva, pero se ha
intensificado en los últimos años con la ayuda de las redes sociales y las
nuevas tecnologías, que hacen que las magnitudes del problema tengan mayor
trascendían en la vida de la víctima de esta situación y su entorno social.
Lo más grave del matoneo es que muchos casos
terminan con el suicido del menor, hecho que se ha incremento de manera
alarmante a nivel mundial, por lo que se ha convertido en un tema de interés
público.
Aunque hay varios tipos de bullying, como las
agresiones físicas, las amenazas o las humillaciones y burlas en público,
también están las llamadas insultantes o los mensajes, imágenes y apodos que se
manejan a través de las principales redes sociales.
Todas estas circunstancias hacen que los menores,
víctimas del acoso, permanezcan asustados, deprimidos y desarrollen
comportamientos autodestructivos con consecuencias fatales, como su propia
muerte o la de alguno de los acosadores.
Las señales que le permitirán reconocer el abuso
son los cambios de comportamiento del menor, la tendencia a aislarse de sus
compañeros de colegio, el llanto y la timidez constantes o por el contrario
presentar reacciones impulsivas nunca antes vistas por sus familiares.
De manera que si usted sospecha que su hijo está
siendo víctima del matoneo diríjase a la institución educativa y solicite ayuda
y acompañamiento por parte de las directivas y docentes del menor. Además busque
apoyo psicológico y en el peor de los casos, considere la posibilidad de
cambiar al niño o adolescente a otra institución académica.
AUTOR:
Laura navarro.
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