martes, 4 de junio de 2013



El acoso escolar es una problemática que se ha agudizado en las instituciones académicas del país, por eso es importante que los docentes y familiares estén pendientes de los menores y controlen a tiempo la situación.
 El matoneo o  bullying consiste en el acoso o persecución física y psicológica de un menor por parte de sus compañeros.
Esta situación no es nueva, pero se ha intensificado en los últimos años con la ayuda de las redes sociales y las nuevas tecnologías, que hacen que las magnitudes del problema tengan mayor trascendían en la vida de la víctima de esta situación y su entorno social.
Lo más grave del matoneo es que muchos casos terminan con el suicido del menor, hecho que se ha incremento de manera alarmante a nivel mundial, por lo que se ha convertido en un tema de interés público.
Aunque hay varios tipos de bullying, como las agresiones físicas, las amenazas o las humillaciones y burlas en público, también están las llamadas insultantes o los mensajes, imágenes y apodos que se manejan a través de las principales redes sociales.
Todas estas circunstancias hacen que los menores, víctimas del acoso, permanezcan asustados, deprimidos  y desarrollen comportamientos autodestructivos con consecuencias fatales, como su propia muerte o la de alguno de los acosadores.
Las señales que le permitirán reconocer el abuso son los cambios de comportamiento del menor, la tendencia a aislarse de sus compañeros de colegio, el llanto y la timidez constantes o por el contrario presentar reacciones impulsivas nunca antes vistas por sus familiares.
De manera que si usted sospecha que su hijo está siendo víctima del matoneo diríjase a la institución educativa y solicite ayuda y acompañamiento por parte de las directivas y docentes del menor. Además busque apoyo psicológico y en el peor de los casos, considere la posibilidad de cambiar al niño o adolescente a otra institución académica.
AUTOR: Laura navarro.

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